viernes, 21 de noviembre de 2008

La verdad

1 comentario:

Mauro Casella dijo...

Retazos para Vero

Retazos de muchas cosas, las fotos, esta foto, que cómo solés decir "enamora" así cómo enamorás vos con tu mirada, con esa mirada y los silencios que acuden a tu boca...

Pero volvamos al punto, a la foto que enamora, foto, mirada, click! y surge, explota, aflora... simplemente eso... como La Maga en sus furtivos encuentros con Oliveira por estos lados... mundos, muchos mundos de estos lados y alguna racionalidad idiota de quien mira e insiste en una búsqueda inútil…. Es inútil buscar el encuentro… Gracias por hacérmelo saber, amor… gracias… pero qué difícil para un inconformista que tiene medio cuerpo metido en el molde y lo sabe, un molde difícil, un molde que absorbe, solidifica, rutiniza e impide el juego de los saltos hacia uno y otro lado…

Al azar en un capítulo “Ocupa así su tiempo con líos monstruosos que abarcan amantes, amigos, acreedores y funcionarios, y en los pocos ratos que le quedan libres, hace de su libertad un uso que asombra a los demás y que acaba siempre en pequeñas catástrofes irrisorias, a la medida de él y de sus ambiciones realizables; otra libertad más secreta y evasiva lo trabaja, pero solamente él (y eso apenas) podría dar cuenta de sus juegos.” (Rayuela)

Juegos, quizá rayuelas, o retazos, o fotos, o pedazos, por qué no momentos, quizá encuentros… un encuentro es todo eso, mitad del cuerpo fuera del molde, una mano libre, una libertad secreta que me lleva a tu encuentro, dónde el amor, furtivo, se revela…

“Mirar fijamente el fondo de tus ojos, mirarnos tiernamente junto al placer acabado, confundirnos en un abrazo y sumergirnos en los misterios de sueños de dos cuerpos que huyen de rutinas de días iguales, de distancias temporales, de desencuentros y apuros, de imaginaciones y proyectos...
Reencontrarme con aquello que eres en momentos de huida es algo así como la puerta de salida de una forma inacabada; lo sé, es un exceso. No importa, me gustan los excesos si tras ellos encuentro aquellos recovecos de felicidad dónde la vida me gusta, dónde lo indeterminado me llena de placeres y palabras.
Del otro lado la otra vida, aquella que me gusta menos, la que funda nuestros desencuentros en pequeños encuentros cotidianos, la que exige fundamentos y no los encuentra, la que busca certezas sobre superficies volátiles, la que requiere búsquedas constantes de absolutos y formas necesarias que no quiero”. (Carta de Junio de 2006)

Y sí… dos años y el molde… Plup! Molde. Y ya me queda solo una mano…. Alguna delicada crispación lo rompe, una foto, tu beso, una sonrisa, ese acto creador de aquello que está del otro lado… salto, lado, otro….

“No es fácil dar el salto (amor), las cosas ocultan el vacío, las máquinas llenan de soledades y desolación el paisaje de tus formas, te encierran en un invisible juego de engranajes de agua o de aire y me apartan, pero no me resigno, al contrario, me trasmite fuerzas y las acumula en labios, en silencios, en tanta cosa como un zarpazo al acecho”. (Territorios)

Formas y formalismos, razones y racionalidades, en definitiva, otra vez los moldes… puaj!! Pero qué difícil en tu ausencia, qué difícil el salto hacia el otro lado en tu ausencia, hacia vos que estás ahí, tan cerca, tan silenciosa, tan distante…

Piedrita en el nueve, límite con el cielo, acá estás, te encontré, este lugar tan tuyo, sos vos y tus mundos y una foto donde te encuentro… paradoja, yo acá y vos allá, y un encuentro y un salto… ¿en qué momento?, ¿Cómo?

“En realidad la gran paradoja de este loco es dar el salto, asomarse a la locura de quererte sin más que quererte, arriesgar, sumergirse en los miedos que el salto implica, desde las cosas a vos, realidad resbaladiza; puesto que el salto me desentierra de la soledad”. (Carta de Julio 07)

Soledad de una foto, quietud y pasado… Moldes, moldes y formas y racionalidades y soledades y vos... Y vos ahí, casi atrapada en mundos felices y yo tan cerca de dar el salto imposible … casi a tu lado… Cielo…

“Aunque siempre esté presente el tiro en la lengua después de una nueva palabra, sígueme invitando a pasar noches lejos cuándo mi lengua ya no diga nada. Yo entenderé tu gesto y te seguiré invitando a huir hacia las sombras donde los placeres se consuman y dónde dos cuerpos encuentran aquello que ya casi nadie busca”. (Carta a vos)

Mi lengua muda, ya casi en el cielo, furtivo deseo de tenerte al momento del encuentro, furtivo deseo de la huída al otro lado, nosotros hacia tus mundos, mundos felices que los moldes me impiden ver, pero que los siento, los toco, los quiero cuando te beso y me miras, cuando te beso y callas, cuando sonríes y te quiero.

“El salto desde la realidad del mundo que me atrapa hacia el otro lado, libre de redes y con vientos de felicidad y conquista de un cuerpo lleno de paisajes inexplorados que esto loco quiere explorar a riesgo de encallar en alguna forma, de enojar con ciertas palabras, de aburrir con cartas, preguntas y promesas de lados infinitos para que lo mismo sea siempre otra cosa y que cada nueva cosa lleve a lo mismo…” (Carta a vos)

Perdón por mis olvidos y mis formas, por mis moldes que no quiero, gracias por tus silencios y tus palabras, por tus labios y besos, puerta de entrada al cielo…

"La locura de quererte sin fronteras de formas que no deseo, porque todo lo que aquí se dijo viene de algo que apenas se deja tocar por el lenguaje, algo que cede a la trampa de las palabras para decirse sin ser dicho y se interrumpe de golpe ante una lágrima". (Carta a vos)

Te quiero…

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